Existen dos características resaltantes observadas en gran parte de la estructura de la capilla, una son las eflorescencias, tanto externa como internamente.
Otra, las manchas negras en la fachada y la cúpula, a causa del agua de lluvia que favorece el crecimiento de microorganismos y la entrada de agua al interior de la iglesia.
Aunado a ello, impermeabilización erosionada y desgastada, las canalizaciones de agua se encuentran taponadas por organismos y en mal estado general.
Por acción de la lluvia, contaminación ambiental, y erosión por vientos, se nota una decoloración externa de la capilla.
En el área correspondiente al depósito trasero y sacristía de hermanas, se hallan fisuras y manchas que revelan la presencia de profundas filtraciones.
Debido a causas ambientales, desgaste o a la acción personas malintencionadas, los vitrales presentan agujeros en algunas de sus partes.